Shane Kalman esperaba cambiar la vida militar por un trabajo civil en el que pudiera salir libremente del armario, pero el puesto que obtuvo no se parece en nada a lo que imaginaba. No planeaba trabajar de incógnito para una agencia de detectives corrupta, y mucho menos reunir información sobre el jefe criminal más peligroso de la ciudad. Y seguro que no esperaba que su mente cambiara temporalmente con un gato atigrado para poder hacerlo.
Su compañero agente, Jamison Rees, es encantador y, a veces, un pastor alemán, pero Shane no necesita instintos animales para saber que está ocultando algo. Cuando el trabajo fracasa y el hermano de Shane se convierte en el objetivo de la ira del jefe del crimen, todas las pruebas apuntan a un topo en la agencia de detectives. Un perro puede ser el mejor amigo del hombre, pero ¿lo es un gato? ¿Puede Shane confiar en Jamison?