A George Hunt no se le ocurre nada que quiera más que esquivar la recaudación de fondos de la alta sociedad en la que tiene que proteger a una precoz chica de diecisiete años y a su terapeuta criticón, pero no hay forma de escaparse de eso. Si algo malo sucediera y él no estuviera allí para detenerlo, nunca se lo perdonaría.
Así que, aunque ella lo interrogue sobre su vida amorosa y el buen médico lo esté psicoanalizando, él seguirá adelante, porque proteger a las personas a su cargo es lo que hace un caballero.
Con lo que no cuenta es con tener que usar tanto su entrenamiento como su arma para pasar la noche, o encontrar lo último que esperaba... a alguien que realmente lo vea, no por el hombre que es, sino por el hombre podría ser con solo un poquito de amor.