
Jo jo... ¿no?
Ginger
Cole preferiría hacer muchas cosas antes que volver a Snowdon, su
pueblo natal, para la Navidad. Odia todas las cosas alegres y
brillantes, pero ama a su mamá, así que va. Cuando ocurre un desastre,
de seguro es para asegurarle a Ginger que está en lo correcto de que las
fiestas son realmente la peor época del año.
Pero
entonces conoce a Nat King, pastelero del pueblo y su propio caballero
con armadura brillante. ¿Su azúcar y especias podrán derretir su fría
indiferencia hacia diciembre y hacer que vea cuán calientes pueden ser
las fiestas?

Sarah
Vickers está cuidando un corazón muy roto luego de ser abandonada justo
antes de la Navidad por un inmaduro narcisista. Solo quiere apagar su
cerebro y su corazón por un par de días y encontrar consuelo en las
relajantes aguas termales del complejo Awtenbush en las afueras del
pintoresco pueblo de Snowdon, Massachusetts.
Josh
Temsik tiene un negocio en crisis, y la alegría navideña es más de lo
que puede soportar este año. Está en Awtenbush para evitar las
multitudes, las decoraciones, y cualquier tipo de espíritu navideño, y
tiene la intención de hacer todo lo posible para ignorar a todos
mientras se quita el estrés.
Cuando
un vórtice polar arroja un metro de nieve en el complejo y baja la
temperatura a casi veinte grados bajo cero, la red eléctrica cae y el
complejo se queda sin electricidad ni calefacción. Juntos para
sobrevivir, Sarah y Josh descubren rápidamente su propio método para
calentar las cosas.
Pero ¿la
calidez de Sarah será suficiente para atravesar el exterior helado de
Josh? ¿Josh demostrará ser el hombre de verdad que Sarah anhela?
Y ¿cómo está involucrado Santa Claus en unir a estos dos?

Malcolm
Fort odia las luces, las canciones y la alegría de las fiestas. Aunque
una vez no las odiaba… y venir a Snowdon tiene por objeto ayudarlo a
encontrar su camino nuevamente. Lo que no se espera encontrar es al
hermoso ángel que dirige Mistletoe, una tienda navideña abierta todo el
año.
Ciertamente, no quiere sentir lo que ella le hace sentir.
Para
deshacerse de ella, de la tienda de dulces enfermizos, y con suerte de
lo mucho que la desea, tiene la intención de echarla antes de las
fiestas.
Solo
que cuando va a decirle que es hora de empacar sus cosas, no puede
hacerlo. No solo porque la encuentra cantando villancicos y luciendo
como un ángel pecaminosamente sexy, sino porque ya no puede negar la
verdad. Puede que Malcolm odie las fiestas… pero no odia a Noel King.
No,
le encantan todas las cosas alegres y brillantes de ella… parece que su
muérdago mágico lo ha hecho olvidar lo que significa ser un grinch.
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