DAMON
No es por ser un esnob, pero todo lo relacionado con los humanos es aburrido y tedioso. Esa debería haber sido mi primera pista de que algo era diferente sobre James Bennett.
Ya había pasado demasiado tiempo en el reino de los mortales. Mis sentidos estaban aletargados; No deseaba más que nada encontrar al heredero perdido de nuestra reina. Parecía tan simple la primera vez que me ofrecí para esta búsqueda.
No había contado con que el mundo moderno fuera tan mundano.
En contraste con ese fondo gris, James era la única chispa de color vivo. Lástima que odió mis entrañas desde el principio.
Para ser justos, tiendo a provocarlo sin intentarlo. Me siento atraído por él, impulsado a arrojar combustible sobre la llama y ver como se enciende. La pasión que surge en él cuando está buscando pelea.
Ha pasado tanto tiempo desde que he estado cerca de otros dragones; intento evocar su apariencia en cualquier lugar que pueda.
Excepto que de repente los dragones están en todas partes. Los rivales están provocando peleas en su propio; cada uno determinado a honrar a su clan.
Y James está atrapado en el medio, testigo de una escena no pensada para ojos mortales. Demasiado valiente para alejarse de mí incluso ahora que sabe lo que soy.
Solo entonces me doy cuenta de que él podría ser todo lo que he pasado años buscando, en más de un sentido.
JAMES
Detenme si has escuchado esto antes. El nuevo chico en el trabajo es alto, sexy, rebosante de amenaza y misterio.
También es un completo imbécil.
¿Quién pasa a convertirse en un dragón?
Sí, esa última parte también hizo que me volviese loco. Al igual que todo lo que vino después.
Un minuto estoy siguiendo a mi desagradable compañero de trabajo para darle su merecido. ¿El siguiente? Dragones Luchando. ¿Nosotros? Corriendo. ¿Él? Haciendo preguntas dolorosas sobre mi pasado, solo para tener más respuestas que yo.
Respuestas que he pasado toda mi vida buscando.
La forma en que me está mirando ahora, con una intensidad desesperada como hambre, deseo, necesidad. Todo se convirtió en un deseo insaciable de consumir y poseer.
Y cuanto más siento el calor de su mirada sobre mí, más solo quiero una cosa, una cosa que importe.
Y no son respuestas.